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¡Eres preciosa para mí! |
Amiga,
no te conozco, no sé tu nombre, ni desde donde estás leyendo esto, ni la situación por la que
estés pasando pero quiero decirte algo, a ti que estás a punto de recibir estas
palabras:
Tú eres
una mujer de Dios, lo puedo sentir aun a la distancia y además, lo sé porque la
palabra de Dios lo dice.
Jesús te ha escogido a ti con un propósito poderoso. (Sí, a ti, a ti, ¿Por qué lo dudas?)
¿Sabes?
He aprendido, aunque no lo creas, que las mujeres han sido atacadas, golpeadas,
menospreciadas, ultrajadas y engañadas a través del tiempo, porque hay alguien
que no te quiere ver realizada y feliz.
¿Sabías
tú que existe un personaje siniestro, tu enemigo espiritual, que te quiere ver
siempre por los suelos? ¿Quieres saber por qué? Porque tú le puedes hacer mucho
daño al reino del mal, muchísimo daño. Imagínate, tú, una mujer que sabe;
entiende que es una hija del todopoderoso. Estás llena del espíritu de amor,
poder y dominio propio. Tomando el lugar que le corresponde en este mundo,
gritando un “ya basta”, a las dudas, al temor,
al abuso. Mírate al espejo y di: Dios me ha hecho inteligente, bonita, fuerte,
valiente, santa, ¡soy vencedora en Jesús!
Ponte a
pensar, una mujer como tú. educando a sus hijos varones; enseñándoles respeto
hacia los demás, especialmente hacia las damas. Le has enseñado a ser
trabajadores, educados, responsables, limpios, alegres, y a obedecer a Jesús.
Enseñando a tus hijas a no conformarse a este mundo sino a buscar ese lugar prominente que Dios tiene para ellas, a ya no
soportar más ningún tipo de abuso cruel y violento.
Yo oro
para que Dios obre en tu vida, quitando malos recuerdos de tu niñez, todo abuso
verbal o sexual, todo golpe físico que haya quedado sellado en tu alma. Y te
despierte a la realidad de lo que TÚ SI ERES: Una mujer sabia y valiente, con
un corazón de guerrera que no le teme a ningún argumento, que en tu vida se
oponga a la voluntad de Dios.
Amiga,
tú eres lavada
con la sangre de Jesús y Dios está levantando hoy tu ánimo. Él está sanando tus
emociones, ungiéndote con poder de lo alto, abriéndote los ojos para que
entiendas que tú eres el medio que Dios está usando para
transformar este mundo. En el 93% de los hogares la mujer es la que
tiene más acceso a sus hijos pequeños, teniendo así la gran oportunidad de educarlos y enseñarles estas verdades que
te he hablado hoy.
Una nueva
generación de hombres y mujeres valientes está creciendo en este momento dentro
de nuestros mismos hogares. Lo estamos viendo con nuestros propios ojos: son
tus hijos, los míos, y esto está sucediendo porque estamos tomando el reto de
educarlos para que conozcan a Dios, y desarrollen todo el potencial que en
ellos hay para ser de bendición a sus familias, a sus amigos, y al mundo
entero.
El mundo
ha querido humillarte, pero hoy Dios te dice: “…eres
preciosa a mis ojos, eres estimada, y yo te amo… No temas, que yo estoy contigo…”
Isaías 43:4
Créditos: Hermes Alberto Carvajal
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